Nadar en aguas abiertas requiere de técnicas específicas que debes trabajar tanto en piscina como fuera de ella para que tengas un control absoluto de tu nado, de las condiciones del agua y del grupo u otros nadadores con los que estás nadando en ese preciso instante.
Un buen nadador de aguas abiertas se caracteriza por saber leer las diferentes situaciones que se van dando y adaptar su nado automáticamente. No existe un tipo de nado específico para nadar en aguas abiertas, lo realmente interesante es tener un amplio repertorio de nados de crol para aplicarlos en cada situación.
Por supuesto esto requiere de mucha práctica y entrenamiento, pero si consigues ese autocontrol de todos los factores de los que vamos a hablar a continuación tienes garantizado el éxito en tu próxima travesía o triatlón.
Técnica de Nado
Son varios los aspectos técnicos a trabajar para conseguir tener ese dominio acuático necesario para nadar en aguas abiertas. Lee atento estos consejos y si necesitas más ayuda puedes encontrar algunos vídeos de técnica en la web y también puedes contactar conmigo.
Coordinación: Es importante ir bien coordinado para aprovechar cada esfuerzo, lo que se va a traducir en ser EFICICIENTE. Tienes que dedicar tiempo a la reflexión sobre vuestros movimientos. El NADO REFLEXIVO es una herramiento imprescindible en el entrenamiento de natación. Es fundamental realizar esto en los calentamientos, vueltas a la calma, en las series aeróbicas, en las series de velocidad…. en cada entrenamiento, SIEMPRE!!!
- Siempre debemos tener apoyos en el agua, tanto en la remada, como en la fase de deslizamiento.
- Para tener una buena coordinación toma como referencia el apoyo de tus manos por delante de tu cabeza, con los brazos bien estirados. Siente en esa primera parte de la remada como “agarras” el agua. Pero atención, agarrar el agua no significa coger el agua modificando la posición de tu mano, significa apoyarse, para que tu mano como si fuera un remo, actúe de palanca y te proyecte hacia delante.
- Coordina los pies con los brazos. Como referencia básica de coordinación debes tener en cuenta, que cuando entra la mano derecha, das el batido con el pie izquierdo. Soy consciente de la dificultad que tiene esto, pero si activas los pies y realizamos un batido de piernas constante lo más probable es que tus brazos y tus piernas conecten de forma natural.
Posición del Cuerpo: Busca una posición lo más hidrodinámica posible.
- Tu cuerpo debe tener la mayor flotación sin la ayuda del neopreno. ¿Cómo puedo conseguir esto? Colocando bien tu cabeza, dándole a los pies, con tu respiración, estirándote bien en el agua…
- Nadando no puedes realizar movimientos laterales, que rompan tu hidrodinámica.
- Tu cabeza es tu timón, controla su posición y movimientos.
Equilibrio: el agua es un medio inestable y tu cuerpo debe desplazarse deslizando a través de él, por lo que el equilibrio como en cualquier deporte de deslizamiento es fundamental.
- Utiliza las sensaciones que recibe tu cuerpo para equilibrarlo en el agua y compensar de forma automática todos los movimientos
- No realices movimientos bruscos, deben ser fluidos. En el agua el principio de acción y reacción funciona literalmente. Cada acción tiene una reacción en sentido contrario, así que piensa hacia donde quieres ir y controla tus movimientos.
- Intenta equilibrar tu cuerpo con el pecho como punto de apoyo central, en los movimientos de rolido. Tu cuerpo es tu barco que debes navegar de forma equilibrada.
Longitud y Frecuencia de Brazada
Debes adaptar tanto la longitud de tu brazada como la frecuencia en función de diferentes situaciones que te encuentres a lo largo de la carrera: corrientes, oleaje, rebufo o tramo de la carrera.
Corriente: Estudia previamente las corrientes de la zona de nado. En los ríos/rías normalmente hay más corriente cuanto más al centro nades.
- Si vas a favor de corriente menor frecuencia, menos brazadas, mayor deslizamiento y menor ritmo de pies.
- Si vas contra corriente mayor frecuencia, más brazadas y mayor ritmo de pies.
Oleaje: Observa el oleaje del mar, el período de las olas, su tamaño y la dirección del viento.
- Las olas van por ciclos, adapta tu frecuencia de brazada a los ritmos de las olas.
- A mayor oleaje, eleva más la cabeza y realiza un recobro más alto y relajado.
- Si la llegada es en playa, aprovecha una buena ola. Te recomiendo dos técnicas:
1. Acelerar la brazada al principio para adaptar tu velocidad a la velocidad de la ola y una veces notes que te lleva, coge aire, estírate, y con la cabeza dentro déjate llevar dando fuerte batido de pies.
2. Estira un brazo hacia delante para apoyarte en el agua a modo de tabla y rema fuerte con el otro.
Tramo de la carrera:
- En la salida, debes llevar mayor frecuencia de brazada para posicionarte bien.
- Si necesitas hacer un cambio de ritmo para coger un grupo, acelera la frecuencia de brazada.
- En toda el tramo central economiza esfuerzos, aprovecha bien cada brazada, coordina tus brazos-pies-respiración, lleva el ritmo adecuado para no gastar más de la energía necesaria.
- Valora tu ritmo de pies, si los entrenas, mejorará tu posición y deslizamiento.
Como ves la frecuencia de brazada es algo muy importante que desde controlar y debes trabajar. Además de la información que te da tu reloj es necesario que recibas feedback de tu entrenador, el cual debe controlar tu frecuencia y velocidad de nado en tus entrenamientos en todo momento.
Colocación en Grupo
Hay que tener en cuenta que el resto de triatletas y nadadores pueden ser tus aliados y pueden hacer que tu segmento de natación sea más fácil si tu nivel no es alto o pretendes economizar tus esfuerzos.
- Nado a los pies (rebufo): inmediatamente detrás del batido de pies del nadador que tenemos delante.
- Nado en la cadera (coger la ola): A un lado del nadador que llevamos adelante, con nuestra cabeza a la altura de su cadera aprovechando la ola que genera. Nuestra remada va pegada a su pierna.
- Prever hacia qué lado vamos a dar el giro en la boya para colocarnos a uno u otro lado. Si fuera necesario, cambiar de lado (técnica de giro sobre la espalda).
Por último afronta con confianza el segmento acuático, no debes tener miedo a nadar en el mar ni con mucha gente. Si nadas en piscina muchos metros cada semana no tienes ningún problema para nadar en el mar. La mayoría de los miedos los provocamos nosotros mismos. Utiliza tu imaginación en sentido positivo.
Siente la energía del mar y disfruta de ella.